Cómo está siendo la vuelta a la oficina año y medio después del inicio de la pandemia

En este segundo inicio de curso post-pandemia, muchas empresas se enfrentan al reto de planear el regreso definitivo a las oficinas. No hay duda de que el trabajo a distancia requiere una nueva reflexión tras el confinamiento, y eso podría explicar, en parte, por qué algunas empresas aún están pendientes de determinar cuándo se producirá esta operación retorno. Pero parece que este fenómeno laboral ya empieza a perder fuerza, en favor del trabajo presencial y, especialmente, de los modelos 4+1 ó 3+2 (cuatro o tres días presenciales y tres o dos de teletrabajo), que están ganando popularidad. 

 

Y es que, actualmente, tan solo un 9,4% de los empleados españoles continúa teletrabajando, frente al 25% de las personas que lo hacían durante 2020, según datos del último informe de Red.es del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. La vacunación y el descenso de contagios parecen estar detrás de esta cifra, que aún duplica la existente antes del confinamiento. 

 

¿Significa esto que estamos ya, por fin, más cerca del retorno a la normalidad? Todo parece apuntar a que sí: además de la vuelta a las oficinas de la gran mayoría de empresas, la Administración planteó el regreso presencial de todos los funcionarios el 1 de octubre, y los estudiantes ya han vuelto de forma masiva a las aulas en este segundo curso post-pandemia. Y a pesar de que España es uno de los países de la Unión Europea que más restricciones mantiene, se han relajado bastante las medidas tras la quinta ola, lo cual lo cual acentúa más esta vuelta a la normalidad.  

 

Se trata de una de las cuestiones que más seguimos de cerca los operadores de espacios de trabajo. Nos encontramos ante un panorama de regreso a las oficinas donde la flexibilidad es imprescindible para el éxito de un buen aterrizaje de las empresas y de sus trabajadores. También lo es el mantenimiento de medidas de seguridad, como el uso de la mascarilla, el distanciamiento social y la higienización de espacios comunes.

 

En estos momentos, podemos distinguir tres modelos diferentes de organización de trabajo en las empresas: la vuelta presencial a la oficina, el modelo híbrido, que combina el teletrabajo con el trabajo presencial, y el trabajo a distancia. De todos ellos, modelo híbrido es el que está cogiendo más protagonismo, ya que permite la rotación de personal de forma presencial, lo cual contribuye a este fenómeno de retorno mayoritario a las oficinas.

 

Con la implementación del teletrabajo, muchas empresas dejaron sus sedes corporativas para ahorrar costes y, año y medio después, se encuentran con la necesidad de encontrar espacios flexibles. Así pues, parece que las tendencias apuntan hacia la búsqueda de oficinas amplias, flexibles y colaborativas, adaptadas a los nuevos modelos de trabajo. Esto explicaría también por qué las fórmulas híbridas, que ya ganaron terreno durante la desescalada, vuelven a afianzarse en el inicio de este nuevo curso.

 

Es necesario añadir que la actual ley del teletrabajo, en vigor desde julio de este año, también ha contribuido a este fenómeno, que ha condicionado la decisión de muchas empresas. Hasta el momento, muy pocas han adaptado sus convenios a la nueva norma, cuyo régimen sancionador entró el vigor el 1 de octubre; eso explicaría por qué bastantes compañías han decidido de la noche a la mañana poner fin al teletrabajo y hacer volver a toda la plantilla a la oficina.

 

Es cierto que algunas compañías han decidido apostar únicamente por el teletrabajo; pero la realidad nos demuestra que, durante este último año y medio, los elementos del trabajo presencial no solo se han echado de menos, sino que inciden de forma importante en el rendimiento y el bienestar de los empleados mucho más de lo que pensamos. Algunos ejemplos de ello son la comunicación y contacto diario con los compañeros, una mejor conciliación de la vida laboral y profesional y también una mejor productividad. 

 

Sobre este último aspecto, algunas de las grandes corporaciones tecnológicas han realizado estudios interesantes. La compañía Epson revela datos sorprendentes: dos tercios de los trabajadores afirman que la falta de interacción con los demás ha afectado a su productividad, y un 45% advierte que, de no producirse más cambios, su motivación disminuirá a medida que continúe el trabajo en casa.

 

Por su parte, Microsoft advierte a través de una reciente investigación que trabajar siempre desde casa puede afectar a la productividad y a la innovación. El gigante tecnológico ha llegado a la conclusión de que, si todo el personal de una empresa teletrabaja, la comunicación entre los equipos se degrada y los empleados acaban trabajando más horas, según un estudio basado en datos de 61.182 empleados de la compañía en Estados Unidos.

 

Está claro que el mundo se divide entre las personas que quieren volver a la oficina y las que no. Y aunque las ventajas de trabajar desde casa son numerosas, las estadísticas nos demuestran que, en cuestión de productividad, el modelo presencial gana terreno. Considerando esta tendencia, podríamos concluir que las empresas que optan por el teletrabajo de forma permanente estarían en cierta situación de desventaja, al dificultar la colaboración y el intercambio de información entre empleados. 

 

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